20 Ene Comedores rústicos al aire libre: qué debemos tener en cuenta

Pocas sensaciones hay tan agradables como una comida o una cena familiar o con amigos en casa en un agradable día de primavera o verano. Y una forma de disfrutar la experiencia todavía más es contar con comedores rústicos al aire libre.

Espacios diseñados para que reunirse alrededor de la mesa sea un auténtico placer para todos los sentidos. Si tienes una casa de campo o cualquier otro tipo de vivienda que cuente con un espacio exterior, puedes habilitarlo para crear un comedor único.

¿Dónde poner la zona de comedor?

La ubicación es lo primero que debes decidir. Si el espacio del que dispones no es muy grande, no tienes que complicarte a la hora de tomar la decisión. Ahora bien, si tienes un gran patio o jardín, entonces tienes que zonificar.

Coge papel y lápiz y dibuja un plano esquemático de tu patio. A continuación, divídelo en varias parcelas y piensa a qué quieres dedicar cada una de ellas: la zona de comedor, una zona de relax para leer tranquilamente, un área para que los niños jueguen, un pequeño huerto, etc.

Dado que en los comedores rústicos al aire libre podemos llegar a pasar mucho tiempo, es importante que acertemos con la elección. Si ya tienes claro dónde vas a instalar la zona de cocina, asegúrate de que la de comedor no queda demasiado lejos. Esto evitará que tengas que estar dando paseos de un lado a otro llevando y trayendo comida.

Además, asegúrate de escoger una zona que tenga sombra, para que puedas comer al aire libre incluso en pleno verano. Si no dispones de sombra natural, siempre puedes crearla a través de toldos y pérgolas.

El cálculo de las dimensiones

Ahora que sabes más o menos dónde vas a instalar el comedor, es hora de ponerse manos a la obra con los cálculos para acertar con las dimensiones.

Piensa en cuánta gente reúnes habitualmente alrededor de la mesa y luego calcula unos 60 centímetros de ancho por cada comensal. Además, si la mesa está cerca de una pared, ten presente que detrás de cada silla debería haber unos 50 centímetros libres para que la gente pueda levantarse y sentarse con comodidad.

Una vez que hayas hecho los cálculos sabrás mejor qué tipo de mesa y de sillas te hacen falta para convertir esta zona de tu casa en una de las favoritas de todos los visitantes.

Potencia el estilo rústico

Como lo que buscamos es hacer comedores rústicos al aire libre, es momento de pensar en cómo podemos potenciar ese estilo cuando estamos en el exterior.

Este estilo decorativo tiene unas características que lo hacen único y que consiguen crear un ambiente relajado, tradicional y muy inspirado en la naturaleza. Los materiales por excelencia son la madera y la piedra.

En cuanto a los colores, es mucho mejor elegir aquellos que recuerdan a la naturaleza, como los tonos tierra y el verde típico de las plantas.

Escoge tu mesa de estilo rústico

La mesa es la gran protagonista del comedor. Si lo que quieres es transmitir un estilo rústico propio de una casa de campo, la madera es siempre un gran acierto. Mucho mejor si es en tonos naturales y que no haya sido demasiado tratada. Los nudos naturales le aportan un encanto único.

Eso sí, ten en cuenta que la madera es un material que puede estropearse por efecto del sol y la humedad, así que asegúrate de que cuenta con un buen tratamiento para poder estar en el exterior. De hecho, es posible que una vez al año tengas que hacer un pequeño mantenimiento lijándola y barnizándola de nuevo. Si la cuidas bien, una buena mesa de madera puede durar muchísimos años.

Acierta con las sillas

Para sentar a los comensales puedes elegir entre sillas o un banco de madera. Aunque este último es una muy buena opción para combinarlo con una mesa de madera, lo cierto es que no es lo más cómodo cuando se trata de estar sentado varias horas, puesto que carece de respaldo.

Por suerte, existen sillas rústicas de exterior elaboradas en materiales como la madera y el mimbre. Si les añades unos cojines, resultarán mucho más cómodas y generarán un efecto más acogedor.

La pérgola y el toldo

Hablábamos antes de la importancia de la sombra en los comedores rústicos al aire libre. Si la zona en la que vas a ponerlo no dispone de forma natural de toda la sombra que debería, conviene que instales una pérgola. Como estamos buscando un estilo muy campestre, es mejor que las vigas sean de madera.

Si la idea de poner un toldo no termina de convencerte, lo que puedes hacer es cubrir la pérgola con cañizo o incluso materiales que imitan a la perfección a las tejas, pero pesan mucho menos. Algunos ejemplos son la tégola asfáltica o la placa de cobertura plástica de imitación teja.

En caso de que necesites cubrir alguno de los laterales para darle más intimidad a la zona de comedor o evitar que entren los insectos, puedes recurrir a unas bonitas cortinas de lino, que añaden un toque tanto campestre como mediterráneo.

No te olvides de la decoración

Ahora que tu comedor ya está listo, es hora de personalizarlo, y para ello nada mejor que escoger unos elementos de decoración que sean únicos. Si tienes cosas antiguas por casa, es hora de darles uso. Por ejemplo, una vieja fuente de cocina heredada de la abuela puede convertirse en un bonito centro de mesa si lo decoras con unas velas.

Escoge una mantelería sencilla de estilo clásico. Un mantel de lino en tonos beige es siempre un acierto. Aunque también podrías elegir unos bonitos salvamanteles.

Por lo que se refiere a la vajilla, puedes comprar una rústica y vintage en algún mercadillo. No obstante, también puedes encontrar diseños inspirados en los modelos clásicos en tiendas de decoración de renombre.

Para acabar de rematar los comedores rústicos al aire libre, ¿por qué no dejarlos listos para utilizarlos durante todo el año? Las chimeneas de obra se perfilan como la solución perfecta para que estos espacios se conviertan en punto de encuentro de familia y amigos incluso durante el invierno.