24 Oct Diseñar espacios singulares: cuarto de plancha y vestidor

El mantenimiento y organización de nuestra ropa es algo esencial para llevar una vida más ordenada y vivir sin estrés. De ahí que el cuarto de la plancha y el vestidor se hayan convertido en espacios imprescindibles en los hogares modernos.

Su tamaño y estilo puede variar en función del tipo de vivienda de que se trate, pero en todos los casos, estas estancias contribuyen a que las prendas de ropa de toda la familia estén siempre bien cuidadas, y a que todo permanezca en orden, aportando con ello la tan necesaria paz mental que necesitamos cuando estamos en nuestro hogar.

Cómo diseñar el cuarto de la plancha

Para hacer un buen diseño del cuarto de lavado y planchado debemos empezar pensando en las labores que vamos a realizar dentro de él y todo lo que hace falta. Para ello, vamos a seguir estos pasos:

Evaluación de las necesidades

Lo primero es considerar las necesidades de la familia. ¿Con qué frecuencia se hace la colada? ¿Hay muchas prendas delicadas que requieran de un cuidado especial? ¿Hace falta un espacio extra de almacenamiento?

Resolver estas cuestiones ayudará a determinar tanto el tamaño como la funcionalidad de la estancia que vamos a convertir en un cuarto de lavado y planchado.

Selección del lugar adecuado

Lo ideal es que esta estancia se encuentre cerca de las áreas en las que se genera la ropa sucia, que habitualmente suelen ser en los dormitorios o los baños. Aunque, por cuestiones prácticas, lo normal es que se sitúe cerca de la cocina para aprovechar la instalación de fontanería.

En cualquier caso, lo ideal es que esta habitación esté en un rincón en el que el ruido propio de la lavadora y la secadora moleste lo menos posible.

Instalación de los electrodomésticos

La lavadora y la secadora deben ser de alta eficiencia energética para contribuir a reducir la factura de electricidad y a cuidar del medio ambiente. A fin de ahorrar espacio, es recomendable escoger modelos apilables.

Lo que se suele hacer en estos casos es colocar la lavadora en la parte inferior y la secadora en la superior, ya que la lavadora es un electrodoméstico muy pesado.

Planificación del espacio

La distribución de la estancia debe optimizar el flujo de trabajo. Por ejemplo, justo a la entrada podemos tener un fregadero donde podemos lavar las prendas delicadas que no pueden pasar por la lavadora, o trabajar las manchas difíciles antes de meterlas en el electrodoméstico.

Debajo del lavabo es conveniente que haya espacio de almacenamiento para guardar detergente, suavizante y todo tipo de productos para el cuidado de las prendas.

Justo al lado encontramos la pila de lavadora-secadora. Después, una pequeña repisa en la que podemos doblar la ropa. Así como una barra que nos permitirá colgar desde la ropa recién planchada hasta ropa mojada que es mejor que se seque estirada.

A continuación, se encuentra la tabla de planchar, que —para ahorrar espacio— puede ser plegable. Y, por último, se puede contar con una balda o armario en el que tener a mano los útiles de costura para hacer algún arreglo en las prendas.

Espacio de almacenamiento

Lo importante es que siempre haya suficiente espacio de almacenamiento para productos de limpieza, de costura, prendas limpias, ropa sucia, etc.

El cuarto de plancha también es un lugar idóneo para guardar la escoba, el cubo y otros enseres de limpieza que no caben en la cocina. Pero estos deben quedar debidamente separados de la ropa.

Cuidar la estética

No todo es cuestión de practicidad. Al diseñar un cuarto de plancha, es importante cuidar la estética y que la elegida para esta estancia sea acorde con la del resto del hogar. El resultado debe ser un cuarto acogedor en el que no nos importe pasar tiempo. Así conseguimos que realizar tareas del hogar que no suelen estar entre las favoritas se vuelva un poco más agradable.

Pasos para diseñar un vestidor

Al empezar a trabajar con este espacio primero debemos tener claro si estamos ante un verdadero vestidor o ante un armario sin puertas, que es lo que se hace últimamente en la obra nueva. Por norma, un vestidor debe ofrecer un espacio de almacenamiento más amplio que el que aporta una línea de armarios.

Análisis de uso

Lo primero que hacemos en el diseño de un vestidor es estudiar el uso que se le va a dar. Porque la estructura no va a ser la misma si es el vestidor de una persona, de dos, de los niños, etc. Incluso cambiará el interior si es ropa de hombre o de mujer, porque la ropa masculina es más fácil de guardar doblada, mientras que la de mujer se suele guardar colgada.

En el caso de incorporar cajones, que pueden ser muy útiles para guardar ropa interior, complementos, pijamas, etc., es preferible que estos sean exteriores, así evitamos que pierdan espacio por culpa de los herrajes de la puerta.

Elección de los materiales

El vestidor debe ser un espacio agradable y acorde en cuanto a decoración con el resto de la casa. Si está dentro de un dormitorio, debe ser una continuación natural del estilo de esa habitación.

Por ejemplo, escogiendo el mismo tipo de madera de los muebles de la habitación para crear los estantes y separaciones dentro del vestidor. Así creamos una sensación armónica y muy agradable.

Iluminación del espacio

El vestidor es un espacio más o menos grande al que nunca le viene mal contar con su propio sistema de iluminación.

La luz puede estar en el techo, incluso en los laterales, y puede ser más o menos intensa según las necesidades de cada persona. Lo importante es que sea cómoda y que se encienda de manera automática al abrir las puertas.

Un vestidor bien iluminado no solo permite encontrar fácilmente las prendas, sino que evita molestar a quien pueda estar descansando en la habitación, porque no hará falta encender la luz principal de la estancia para localizar la ropa.

Un cuarto de plancha y un vestidor bien diseñados y organizados nos ayudarán a ahorrar tiempo y esfuerzo a la hora de mantener nuestra ropa en las mejores condiciones posibles y tenerla siempre bien organizada. No solo revalorizan nuestro hogar, sino que contribuyen a hacer nuestra vida un poco más armoniosa y satisfactoria.