04 May Cómo decorar una habitación infantil

Cuando pensamos en cómo decorar una habitación infantil, hay algo que debemos tener en cuenta. Una circunstancia que no está presente en otras estancias de la casa. Se trata de la evolución del niño o la niña.

Los peques crecen muy rápido. Un día son bebés y cuando nos queremos dar cuenta son niños, y unos pocos años después tenemos en casa a preadolescentes. Lógicamente, el estilismo de la habitación debe cambiar a medida que lo hacen ellos. Por tanto, la clave está en apostar por una decoración evolutiva. Veamos cómo podemos lograrla.

Acierta con el color de las paredes

Un cuarto infantil debería llegar a convertirse en un dormitorio juvenil sin necesidad de hacer demasiados ajustes. Una buena forma de lograrlo es acertar con el color de las paredes.

Los más adecuados son los tonos neutros. No solo transmiten tranquilidad, lo cual va perfecto para ayudar a conciliar el sueño, sino que nunca pasan de moda y combinan fácilmente con otros colores que puedes introducir en la estancia a través de elementos como los textiles.

Si vas a emplear papel pintado, procura no utilizar uno con diseños infantiles. Tu peque podría cansarse pronto de dormir rodeado de personajes de dibujos animados o de cuentos. En este sentido, es más inteligente optar por diseños atemporales como los motivos geométricos o los papeles con estampado floral.

Utiliza muebles evolutivos

Cuando el bebé llega a casa necesitas cosas como una cuna y un cambiador. Más adelante te harán falta una cama y una cómoda, luego deberás añadir una mesita, un escritorio…

En lugar de pasarte la vida comprando muebles, puedes optar por el mobiliario evolutivo. Se trata de diseños versátiles que pueden pasar de ser una cosa a otra. Por ejemplo, una cuna capaz de convertirse en una cama, y un cambiador que puede llegar a ser un escritorio con solo hacer algunos ajustes en su montaje.

Escoge un armario neutro

Si hay algo que tu hijo va a necesitar desde su primer día en casa hasta el último, es un buen armario. Una buena elección puede conseguir que este mueble sea siempre el mismo, porque debería permanecer casi como nuevo con el paso de los años si es de calidad.

La clave para acertar está en escoger un modelo que sea lo más atemporal posible y que pueda encajar en diferentes estilos de decoración. Lo mejor es que el exterior sea neutro, con puertas en tonos naturales o en blanco.

Si te apetece personalizarlo para que encaje mejor dentro de lo que es una habitación infantil, puedes hacerlo con pegatinas y vinilos. Llegado el momento, estas se pueden retirar y no dejarán ninguna marca de que han estado ahí. Otra forma de personalizar el armario es ir cambiando los tiradores.

Espacios multiusos

Puede que tu peque necesite ahora mismo mucho espacio para almacenar sus juguetes y sus cuentos. Pero dentro de unos años necesitará un lugar para dejar sus apuntes, su ordenador, sus libros, etc.

No es necesario cambiar la habitación entera. El secreto está en crear espacios o zonas multiusos. Unas prácticas estanterías en la pared permitirán a tus hijos tener sus cosas recogidas mientras son pequeños. Cuando les llegue el momento de asumir otras responsabilidades, esas mismas estanterías les servirán para almacenar libros y otros enseres para estudiar.

Crea ambiente con los complementos

Como has podido comprobar, cuando se trata de cómo decorar una habitación infantil, la clave para que pueda evolucionar con el niño es que sea lo más neutra y versátil posible. Sin embargo, esto no quiere decir que la habitación de los peques de la casa deba ser aburrida.

Puedes añadirle el toque infantil a través de los complementos. Estos son mucho más sencillos y baratos de cambiar que los muebles, así que no te costará tanto renovarlos cuando llegue el momento.

Hay cientos de ideas de complementos para dormitorios infantiles. Por ejemplo, cortinas, alfombras, edredones, colchas y hasta cojines.

Divide la estancia en varias áreas

Un truco para aprovechar mejor el espacio es dividir la habitación en varias zonas. Cuando tu hijo es pequeño necesita un área de descanso y otra para juegos. Piensa bien dónde vas a instalar la cama, porque esta delimitará el resto del espacio de la habitación.

Piensa que, cuando el niño vaya creciendo, la zona de juegos deberá ceder su lugar a la de estudio. Si haces una buena división de los espacios desde el primer momento, cuando llegue el momento de adaptar la habitación a la nueva etapa de la vida de tu hijo, el cambio será mucho más fácil de llevar a cabo, porque no habrá que mover muebles pesados.

No instales desde el principio muebles de adulto

Siempre existe la tentación de pasar de una habitación de bebé a una habitación casi para un adolescente, pero esto es un error. Tu hijo va a pasar por muchas etapas entre los 2 o 3 años y los 12.

Si tiene que dormir en una cama demasiado grande, o hacer los deberes sentado en una silla en la que los pies no le llegan al suelo, acabará por estar incómodo. Esto incluso podría pasarle factura a su salud postural.

Lo mejor para él es escoger muebles adaptados a su tamaño. Como vimos antes, hay mobiliario versátil capaz de crecer con el niño. Llegará el momento en que tengas que pasar directamente a unos muebles de mayor tamaño, pero para eso faltan todavía muchos años, no tengas prisa.

Deja a los peques participar en la decoración

Si tus hijos tienen edad suficiente como para tomar ciertas decisiones, no deberías perder de vista sus opiniones a la hora de decorar la habitación. Lógicamente, debes elegir los muebles y los elementos decorativos de la forma más inteligente y pensando con practicidad, pero no pierdas de vista sus gustos y sus necesidades.

Deja a los niños elegir esos elementos que sabes que tarde o temprano habrá que cambiar. Como la alfombra de la habitación o los cuadros que colgarán de las paredes.

Para saber cómo decorar una habitación infantil, lo primero que hay que tener en cuenta es que la practicidad no debe estar reñida con la imaginación y con el buen gusto. Verás que su combinación da lugar a resultados increíbles.